En medio de la crisis petrolera en Venezuela, con precios en el suelo y la distribución comprometida por la deuda y las sanciones, Nicolás Maduro apela al crudo como una opción con la que obtener las vacunas contra el covid-19 que requiere el país.
Los planes de inmunización se han retrasado, no pudiendo adquirir las vacunas necesarias prometidas por Maduro y negándose a recibir la de AstraZeneca por los riesgos que, según el Gobierno, conlleva su aplicación, al aceptar participar en los ensayos de medicamentos cubanos.
Maduro usa el poco petróleo que tiene como base, mientras que la segunda ola de covid-19 empeora día a día y amenaza con llevar al débil sistema hospitalario al colapso total. Estas son algunas claves que nos permiten vislumbrar la viabilidad del plan.
1.- Una propuesta inesperada
Con el mundo avanzando en vacunación, Venezuela solo ha recibido 250.000 dosis de Sputnik-V y 500.000 de la china Sinopharm, aunque no ha publicado datos oficiales sobre cuántas de ellas ya ha inoculado.
Ante esta situación y las dificultades de Venezuela para acceder a parte de sus recursos, bloqueado por las sanciones, Maduro lanzó una apuesta arriesgada que, no porque fuera obvio, fue inesperada.
“He aprobado (la propuesta) hoy, dedicando aceite para vacunas (…) Yo dedicaría una parte de su producción a garantizar todas las vacunas que necesita Venezuela, aceite para vacunas”, dijo el 29 de marzo.
2.- Una producción que cae en un sinfín
El 12 de enero, en su mensaje anual, Maduro afirmó que el bombeo de la petrolera estatal PDVSA cayó un 69% entre 2015 y 2019, fenómeno que llevó al país a perder ingresos por unos 102.500 millones de dólares.
Luego presentó una gráfica en la que afirmó que en marzo de 2015 Venezuela produjo 2.817.000 barriles de petróleo por día.
Por otro lado, el vicepresidente y ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, explicó el 19 de febrero que Venezuela produjo un promedio de 400.000 barriles diarios en 2020, lo que coloca al país tradicionalmente considerado como productor de petróleo por debajo incluso de Colombia, que extraía casi 700.000 barriles por día.
3.- Compromisos de deuda
La deuda no ha dejado de crecer hasta el punto que, en septiembre pasado, Venezuela propuso a los bonistas de la república y las empresas estatales PDVSA y Electricidad de Caracas interrumpir los pagos de intereses y capital, aludiendo a problemas a realizar frente a los compromisos. por las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.
Para saldar parte de la deuda contraída, Venezuela ha adquirido diferentes compromisos con China, Rusia, India, Cuba y Petrocaribe, alianza que incluye a varios países del Caribe, que se cumplen con envíos de crudo.
Parte de la producción está comprometida con esas naciones, incluidas las dos que ya enviaron vacunas a Venezuela: China y Rusia.
4.- De calendario a calendario
Inicialmente, el Gobierno aseguró que la vacunación masiva comenzaría en abril, pero, ya comenzando el mes, y en ausencia de datos oficiales, parece imposible que este proceso pudiera haber comenzado, habiendo recibido solo 750.000 dosis, que inmunizarían a 375.000 personas en un país de 30 millones de habitantes.
Tras la apuesta por el Sputnik V, las vacunas Sinopharm llegaron sin previo aviso. Posteriormente, se aprobó el otro fármaco ruso (el EpiVac Corona) y, ahora, Maduro ha anunciado la llegada de dos fármacos cubanos en fase de prueba, es decir, cuya eficacia se desconoce.
Mientras tanto, se ha negado a recibir vacunas de AstraZeneca, que Venezuela le había asignado como parte del mecanismo Covax, mientras que algo que, en otra ocasión, sería un as bajo la manga como el plan aceite por vacunas. Con esta perspectiva, un nuevo calendario de vacunación masiva en los próximos meses parece complicado.
5.- Silencio total
No es extraño en Venezuela, pero llama la atención en este caso. No hay información oficial sobre el progreso de la vacunación, se desconoce cuántas dosis se aplicaron y a quién.
Ante esta falta de datos, se acumulan quejas de trabajadores de la salud que no los han recibido y otros que aseguran que se desata corrupción en la distribución.
Mientras tanto, se desconoce cuánto ha pagado el régimen por las vacunas recibidas, cuándo llegarán las próximas o qué sectores serán priorizados.
EFE
VENEZUELA HOY